¡ sí, mi sensibilidad !

La Sensibilidad. Si, mi sensibilidad fue la impulsora de la creación de los círculo de hombres que he facilitado a lo largo de los años. Ese superpoder que tanto tememos los hombres y que tanto bien nos hace, eso si, cuando somos capaces de reconocerlo, experimentarlo y expresarlo.

Yo soy un hombre sensible desde que nací, y que como tantos otros hombres he sentido que mi sensibilidad me jugaba malas pasadas, qué por culpa de esta manera de ser y sentir, no encajaba con el resto, no formaba parte del grupo.

A pesar de los esfuerzos por no aislarme y sentirme unido y querido por otros niños, en muchas ocasiones me encontraba con el rechazo y la humillación de aquellos que si se comportaban ‘como hombres’, machos, haciendo lo que se espera de ellos, lo que este sistema y la sociedad a la que pertenecemos nos ha obligado. Yo me retiraba en soledad sintiendo mi frustración y por supuesto, la tristeza y el llanto del que tiene separarse cuando lo que siente es amor.

Durante mucho tiempo, el desprecio y la ofensa que recibí a modo de insultos y golpes, marcaron significativamente mi manera de ser y de estar con otros hombres, y también mujeres. Pensaba que estaba haciendo algo mal, que algo en mi no estaba bien y que tenía que corregirlo. Así es que aun siendo un niño hermoso, con ganas de descubrir el mundo y relacionarme con otros niños, comencé a adaptarme a ciertas normas y comportamientos que no eran propios de mi ser para sentir que era aceptado y pertenecía a un grupo.

Como consecuencia de esta adaptación forzada a un sistema patriarcal tóxico y a los mandatos que se ejercen sobre los hombres y la masculinidad, y creciendo en un entorno familiar que inconscientemente sostenía una forma de educación machista y represora, acabe viviendo una adolescencia confundido sobre mi identidad, mi sexualidad y los contenidos de mi condición humana y mi personalidad.