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HAS ENTRADO EN UN ESPACIO SAGRADO.
Y todo comienza con la voz de la caña, el maestro de ceremonias, invocando los secretos del Universo, trayendo las bendiciones del Cielo a la Tierra.
La música del ney que mueve todo lo creado, vibrando gracias al aliento divino, despertando los corazones de cada partícula y de cada ser, activando el recuerdo de nuestro origen y el anhelo del regreso a nuestro verdadero hogar.
Y una fuerza irresistible te arrastra, te mueve alrededor de un punto fijo en el universo, el eje de tu corazón, la puerta a todas las realidades.
La vibración, la música, el latido de los corazones resonando con el pulso de la tierra, te llevan a un movimiento circular desde fuera hacia tu interior, y desde dentro hacia fuera, en una espiral infinita, un vórtice que conecta la materia con los mundos más sutiles, lo que es arriba, es abajo, y lo que es dentro es afuera, desapareciendo la dualidad en una experiencia de unidad.
HAS ENTRADO EN UN ESPACIO SAGRADO: TU CORAZÓN, DONDE HABITA LA PRESENCIA DIVINA
Todo empieza a girar, cada vez más rápido, como si fueras una peonza en un movimiento circular vertiginoso.
Y todo fluye sin cesar, es como la vida misma, que pasa ante tus ojos. Y el simple pensamiento de fijarte en algún objeto te desestabiliza, te hace perder el equilibrio, tienes que soltarlo todo y abandonarte en brazos del Amado, y si pasas esa prueba de desapego, de repente llega un momento inesperado donde el movimiento se torna en quietud, y se crea el silencio, el vacío, como si todo se hubiera parado y entrarás en otro espacio tiempo diferente, donde rigen otras reglas.
Como si flotaras levitando en el vacío estelar del universo. En un estado de presencia y de plenitud donde todo es posible. Entras en un territorio del que sientes que eres parte de algo mayor, de lo que siempre has formado parte. Has entrado en un espacio sagrado: tu corazón, donde habita la presencia divina.
( Ignacio Béjar. Sufí andalusí. Músico y Terapeuta).
