Skip to content Skip to footer

el encanto sanador del ney sufí

 

N

El faro que guía el alma hacia la contemplación y sanación.

En los recónditos pasillos de la espiritualidad y la música, emerge el Ney Sufí como un faro que guía el alma hacia estados profundos de contemplación y sanación. Esta antigua flauta, arraigada en la tradición sufi, no es solo un instrumento musical; es una herramienta espiritual que resuena con el poder de curar y elevar el espíritu humano.

El Ney, también conocido como Nay, es una flauta de caña que ha sido una presencia constante en la tradición musical de Oriente Medio, particularmente en la música sufi. Con sus raíces que se remontan a la antigua Persia, el Ney ha tejido su camino a través de diversas culturas y ha llegado a representar la esencia misma de la espiritualidad a través del sonido.

El Ney Sufí se considera un instrumento que va más allá de la mera producción de melodías. Su música se percibe como una fuerza sanadora que penetra en las profundidades del ser. Tiene el poder de aliviar el sufrimiento emocional, físico y espiritual, así como de restaurar el equilibrio interno.

En el sufismo el Ney se utiliza como un instrumento ritual con el que se comienzan las ceremonias de SEMA (giro de los derviches), y en realidad es una invocación de la presencia divina, una plegaria realizada con el sonido y la música, más allá de las palabras, usando el lenguaje del corazón , lanzando un mensaje al alma que provoca una transformación interior y una llamada a la unidad, al reencuentro.

El ney es una importante herramienta para la MÚSICA SUFÍ SANADORA, técnica milenaria que desarrollaron los chamanes de Asia Central y que posteriormente se ha utilizado con mucho éxito en los hospitales de Al-Andalus y del Imperio Otomano 

En la tradición sufi, la música es una forma de recordar a Dios y buscar la verdad. La práctica de tocar el Ney se considera una forma de alcanzar un estado de dhikr, que es la remembranza constante de lo divino. Las notas del Ney se convierten en un puente que conecta lo terrenal con lo celestial, guiando al oyente hacia una experiencia de transcendencia y unidad.

VIBRACIONES QUE RESUENAN CON EL ALMA. 

Cada ser humano tiene una frecuencia vibratoria única, y el Ney, a través de sus tonos resonantes, tiene la capacidad de armonizar esas vibraciones internas. Al escuchar el Ney Sufí, se invita al oyente a sintonizarse con su propia frecuencia interna,  provocándole una sensación de paz y sanación. Además, se dice que el Ney revela los secretos del universo y despierta una comprensión más profunda de la existencia y la conexión con lo divino.

La práctica de escuchar o tocar el Ney es, en sí misma, una forma de meditación. Los tonos suaves y melódicos invitan a la mente a aquietarse y a sumergirse en un estado de contemplación. En este silencio interior, se encuentra la puerta hacia la sanación y la autorreflexión.

A menudo, la música del Ney Sufí es improvisada. Esto refleja la filosofía sufi de estar en el momento presente y permitir que la inspiración divina fluya a través de la música. La improvisación no solo agrega una dimensión única a cada actuación, sino que también simboliza la naturaleza efímera de la existencia.

Los Sufis consideran al ney, el símbolo de ser humano perfecto que , vaciado del ego, no ofrece ninguna resistencia al aliento divino, convirtiéndose así en un canal de lo más elevado.

 

Este antiguo instrumento, con su encanto místico, continúa resonando en el corazón de aquellos que buscan la verdad y la armonía en el vasto océano de la existencia.

Disfruta del Sonido Místico del Ney ( ver video de Ignacio Béjar.Sufí andalusí ).

La conexión entre el Ney y el corazón va más allá de la simple apreciación musical. Se convierte en un viaje sensorial y espiritual que toca las profundidades del ser, ofreciendo una experiencia única de resonancia emocional y espiritual. La música del Ney, con su capacidad para despertar emociones y elevar el espíritu, se convierte así en un puente entre lo terrenal y lo divino, conectando el corazón humano con las profundidades del alma.

 

Escribir un comentario